Aunque la presidenta del CEN del PRI, Claudia Ruiz Massieu lamentó la salida de José Narro Robles de la contienda para elegir a la nueva dirigencia nacional del tricolor y le reconoció su trayectoria, prestigio y calidad moral, este reportero no le reconoce la calidad moral, porque de ser así, debía haber pedido que se corrigiera el camino.
José Narro habla de que hay un padrón inflado, de que hay simulación, de que se están atendiendo intereses que no son los de la militancia, de que hay errores del Comité Ejecutivo Nacional del PRI y de que para el tricolor hay un “desastre que se avecina”.
También habla de que hace tres meses y medio decidió entrar a la competencia por la dirigencia nacional del PRI y consideró que lo podría llevar a un nuevo estatus en el espectro político del país, pero su actuación y la forma en que se sale de su partido aventando lodo hacia atrás y pateando la puerta, no habla de la calidad moral que le reconoce su presidenta.
Y no tiene calidad moral, quien dice haber militado durante 46 años en un partido en cuyas asambleas nunca se le vio presente y mucho menos participar, quien nunca estuvo en actos de campaña de ningún nivel, quien nunca hizo una propuesta para mejorar al partido y quien solamente se benefició de las decisiones partidistas sin criticar la forma en que a él se le premió.
Tampoco se puede reconocer calidad moral a quien, con oportunismo arriba a la sede nacional del PRI, en los momentos más difíciles de su historia, cuando ha perdido, no solamente la Presidencia de la República, sino que ha quedado reducido a una fuerza legislativa federal del diez por ciento y en esas condiciones quiere dirigir a un partido que no conoce.
A lo largo de 34 años, el reportero que escribe estas líneas ha cubierto las actividades del PRI, las ha seguido de cerca, y nunca, sino hasta ahora es cuando se le ha visto a Narro Robles en la sede nacional del PRI, en el que, asegura, ha militado durante 46 años.
José Narro no es un ingenuo, tiene todo el colmillo de los viejos políticos; los problemas del PRI no iniciaron hace tres meses y medio, los padrones inflados de los que habla, no tiene pruebas; las preferencias de los grupos de poder, siempre han existido y de ellas se ha beneficiado directa e indirectamente, porque vivió de un sistema que es producto del PRI.
Narro se presenta hoy para renunciar públicamente al PRI, cuando se ve desfavorecido por eso que lo mantuvo por décadas en una de las instituciones educativas más prestigiadas del país, cuando acusa a un gobierno de entregar al partido a intereses extraños y él mismo fue secretario de Salud en esa misma administración que hoy critica.
La calidad moral se demuestra con congruencia y el liderazgo que necesita el PRI, como cualquier partido político del mundo, es de una persona que demuestre congruencia entre lo que dice, lo que piensa y lo que hace.
REFORMA ELECTORAL ¿PARA QUÉ?
La decisión de los partidos políticos de oposición en torno a la propuesta de reforma electoral que propone el presidente Andrés López Obrador ya está tomada, los dirigentes nacionales del PAN, del PRD, del PRI y de Movimiento Ciudadano participaron este miércoles en el Foro Parlamentario Abierto para el Análisis y Discusión de la Reforma Electoral, en donde manifestaron su rechazo a la propuesta.
Los dirigentes opositores, Marko Cortés, Ángel Ávila, Claudia Ruiz Massieu y Clemente Castañeda, coincidieron en que la reforma electoral propuesta por Morena y su líder moral, no tiene un objetivo claro, en el que solamente se busca reducir los costos de la democracia, pero de una forma poco clara, que además resta autonomía al Instituto Nacional Electoral.
Es inconcebible que hoy, quienes, por décadas, desde la izquierda mexicana pidieron y exigieron que el gobierno saque las manos de los procesos electorales, hoy busquen mecanismos que den marcha atrás a esas exigencias y que se regrese a modelos en los que la hegemonía del gobierno se imponga, incluso por encima del árbitro electoral.
La aplanadora legislativa de Morena se ha encontrado, en esta ocasión, con un dique difícil de superar.
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