Línea Fifí
Por Martín de J. Takagui
Lejos de cumplir con los mandatos estatutarios del Partido Revolucionario Institucional, su dirigente nacional Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas, encontró resquicios legaloides que le permiten realizar cambios a la normatividad interna del partido, mediante una sesión del Consejo Político Nacional, realizada de manera virtual el pasado lunes 3 de agosto.
A diez meses de que se celebren las elecciones intermedias del sexenio actual, el dirigente nacional del tricolor, lejos de buscar la realización de una asamblea Nacional, que es el máximo órgano de gobierno y autoridad del partido, encontró la forma de adueñarse de todas las decisiones y la designación de candidatos en lo que será la elección más grande, la más importante y la más numerosa de la historia política de México.
En busca de la candidatura presidencial del PRI, para los comicios de 2024, Alejandro Moreno planteo una reforma estatutaria, a través de un dictamen que no se socializó lo suficiente ni se tuvo tiempo para que los más de 500 miembros del Consejo Político Nacional lo conocieran, lo analizaran y, en su caso se plantearan modificaciones.
Tan solo la senadora Zacatecana, Claudia Edith Anaya comentó con un columnista que ella conoció el dictamen y se apresuró a revisarlo, pero durante la sesión del lunes pasado, la plataforma digital y la conducción de la sesión del consejo, hicieron imposible la participación de los consejeros, por lo que el dictamen aprobado fue calificado por algunos de los consejeros como un “agandalle”.
Tan solo la ahora diputada federal y ex presidenta del CEN del PRI, exgobernadora de Yucatán, Dulce María Sauri Riancho, toda una autoridad moral al interior del tricolor, advirtió que su partido corre el riesgo de que se centralicen las decisiones políticas y se trunque la democracia interna de su partido, pues las reformas aprobadas al vapor, otorgan facultades inmensas al presidente del Comité Ejecutivo Nacional.
Consciente del abuso que aplicó el dirigente priista, giró indicaciones a los agachones secretarios del Comité Ejecutivo Nacional, para que no se distribuyera el video de las deliberaciones y, en general, de la sesión del Consejo Político, pues les dijo que ese video “es exclusivo para el conocimiento y uso de los secretarios del Comité Ejecutivo Nacional”.
Frente a la andanada de rumores y comentarios por debajo del agua, entre los priistas de la dirigencia nacional, el mismo dirigente Alito, pidió a cada uno de los secretarios del CEN que grabaran un video que será difundido en sus respectivas redes sociales, en donde pidió que le aplaudan, que festejen, los resultados de la sesión del Consejo Político Nacional, en la que se lograron las reformas estatutarias.
Vergonzoso es el papel del dirigente priista, quien lejos de limpiar a su partido, reconstruir la confianza de los ciudadanos, así como la credibilidad institucional y lejos de adecuar sus documentos básicos a la realidad opositora del PRI, se vale de argucias y tácticas leguleyas para modificar la normatividad y hacerse de todo el poder al interior del PRI.
Esto, debido a que todas las candidaturas que se registren ante los órganos electorales, serán aprobadas y, en algunos casos, decididas por él, la dirigencia nacional, tendrá manga ancha para palomear y tachar los nombres de los candidatos.
Muchos años y deliberaciones internas habían costado al PRI sus avances democráticos, desde la XIV Asamblea Nacional, impulsada por el extinto Luis Donaldo Colosio, quien abrió puertas y ventanas del partido a la democracia, que se fue perfeccionando, pero ahora se volverá a los viejos tiempos del dedazo, de la antidemocracia, del autoritarismo, del centralismo.
Bien lo definió Dulce María Sauri, “se corre el riesgo de que el PRI se convierta en un partido centralista, adoptando el modelo que aplica desde el gobierno el presidente Andrés Manuel López Obrador”.
Mal empieza la semana aquel que en lunes es apuñalado, como le ocurrió al Partido Revolucionario Institucional este inicio de semana con la sesión del Consejo Político Nacional.
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