Un presidente de partido en el poder sin tablas, es un presidente que corre el riesgo de caer más pronto de lo pensado. Yeidckol Polevnsky, si bien fue senadora, no tiene las suficientes salidas que le permitan meter en orden a sus huestes, menos aun cuando se trata de políticos fogueados en las batallas de todo tipo.
La bronca con Ricardo Monreal, con sus respectivas bendiciones, a la que le dio seguimiento Alejandro Rojas Díaz Durán; la definición de la candidatura a la gubernatura de Puebla, siempre defendiendo un renovado dedazo en favor de Miguel Barbosa, podría ser su fin, después de que Alejandro Armenta ha venido peleando la nominación.
Polevnsky ha desafiado no solamente a sus críticos internos, sino que refrendó su apoyo a Barbosa, diciendo que una encuesta fue la base de la designación, además asegura que con la firma de todos los integrantes de la dirigencia es suficiente, pero no ha sustentado ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación la decisión impugnada por el ex priista Alejandro Armenta.
Hay que ver hasta dónde se lleva la pugna.
YA EXIGEN LA SALIDA DE LA PRESIDENTA DE MORENA
Después de una cadena de mensajes de ida y vuelta, a través de las redes sociales y de declaraciones en los medios de comunicación, el sábado pasado Alejandro Rojas Díaz Durán alertó que Morena no puede ser candil de la calle y oscuridad de su casa en materia de democracia.
Dijo que si el presidente López Obrador impulsa a nivel nacional figuras incluidas en los documentos básicos de Morena, a nivel nacional, es muy importante que al interior del partido exista la democracia directa, iniciativa ciudadana, la consulta popular, el plebiscito, el referéndum y la revocación de mandato, Morena no puede excluir a la democracia de sus procesos.
Por ello, Rojas Díaz Durán aseguró que Morena es Patrimonio democrático de México, por lo que exigió toda la renovación de la dirigencia, desde la nacional hasta las estatales, mediante el respaldo de ejercicios democráticos y encuestas que sean avalados por la Universidad Nacional Autónoma de México.
Lo que sí ha quedado claro en estos meses de dirigencia a cargo de Polevnsky es que no cuenta con las tablas, con la experiencia ni con la habilidad política para solucionar los conflictos internos, quizás no le advirtieron que en Morena están los cuadros más grillos, los políticos con los colmillos más retorcidos que hay en el país y que muchos de ellos salieron del PRI porque se pasaron de colmilludos.
RIESGOS DE LA EXPOSICIÓN
Los reflectores de la prensa, de la televisión de la exposición a los medios de comunicación son por demás atractivos para todos los políticos, poner la agenda nacional en los medios, sin duda, un privilegio, pero en ello, también se debe asumir el riesgo de la sobreexposición.
Las conferencias diarias del presidente Andrés López Obrador son el referente informativo del día en todo el país, sus posiciones frente al acontecer, sus puntos de vista sobre lo que ocurre en el mundo, el anuncio de sus actividades, las acusaciones que lanza y los informes estadísticos del gobierno son un manejo diario, cotidiano, pero que se convierte en noticia importante, casi siempre de primera plana.
Basta con que el presidente diga “ese señor tiene conflicto de interés”, para que el país y posiblemente el mundo lo acuse de corrupto, no hay forma ni tiempo, si quiera de corroborar la información, si es verdad, si es información real.
Grave la situación informativa del país, sin embargo, tuvo que venir un periodista que no vive en México, un periodista incisivo, un periodista con el valor de confrontar al jefe del Ejecutivo en sus cifras sobre los muertos con violencia.
Jorge Ramos se le puso enfrente, lo cuestionó, lo contradijo y las cosas se quedaron ahí; el manejo de las cifras es delicado, sobre todo cuando es el presidente de la República quien las da a conocer. Habría que preguntarnos cuándo habrá otra réplica reporteril al presidente, pues de seguir la tendencia de los cuestionamientos, podría abrirse una andanada de cuestionamientos que pueden meter en aprietos al presidente tabasqueño.