Al menos tres rehenes y cuatro amotinados murieron el viernes en la sangrienta toma de una cárcel de la región de Volgogrado, en el sureste de Rusia, informaron las autoridades. Este motín de varias horas, el segundo en una prisión rusa en poco más de dos meses, parece, como el anterior, llevar la marca de la organización yihadista Estado Islámico (ISIS). Según el Servicio Penitenciario Federal (FSIN), los cuatro reclusos tomaron como rehenes a ocho guardianes y a otros cuatro detenidos en la “colonia penitenciaria número 19”.
“Los criminales apuñalaron a cuatro guardianes”, provocándoles heridas “de diversa gravedad”, dijo indicó el FSIN en un mensaje publicado en Telegram.
El balance de víctimas entre los guardianes y los presos tomados como rehenes aún no es claro. Las informaciones comunicadas por distintas autoridades señalan tres o cuatro muertos y un número variable de heridos. Según el FSIN, los cuatro atacantes fueron “liquidados” y los cuatro reclusos tomados como rehenes resultaron heridos. Poco antes, la Guardia nacional Rusa indicó que sus “francotiradores de unidades especiales (…) neutralizaron a cuatro prisioneros que habían tomado como rehenes al personal penitenciario con cuatro disparos precisos”.
As a result of hostage-taking in prison No. 19 in the Volgograd Region, four employees of the prison were killed
According to the Federal Penitentiary Service, the criminals were four, they took eight employees of the prison and four prisoners hostage. Four employees were… pic.twitter.com/LAtA0HYyLN
— NEXTA (@nexta_tv) August 23, 2024
La colonia penitenciaria N°19 es un establecimiento penal de “régimen severo”, es decir con condiciones de detención estrictas. Está situada en la localidad de Surovikino, a unos 120 kilómetros al oeste de Volgogrado, la capital regional.
Vídeos no autenticados por la agencia AFP apuntan a una posible toma de rehenes orquestada por simpatizantes de la organización yihadista Estado Islámico (ISIS). Uno de esos videos, de 46 segundos, difundido por varios medios rusos durante la toma de rehenes, mostraba una habitación con el suelo cubierto de sangre. Se ve a cuatro hombres con uniformes, tendidos y ensangrentados, algunos aparentemente inánimes, y al menos a otros dos de pie junto a un tercer individuo que habla en árabe.
Estos últimos reivindican luego, en ruso, su pertenencia a ISIS mientras uno sostiene un cuchillo en una mano y, en la otra, a uno de los presuntos guardias por el cuello.
“Cualquier persona en nuestro territorio está obligada a respetar y observar las leyes de Rusia”, afirmó en Telegram el gobernador de la región de Volgogrado, Andréi Bocharov. “No permitiremos que nadie intente fomentar la discordia étnica”, añadió.
A mediados de junio, varios miembros del EI fueron abatidos tras tomar como rehenes a dos guardianes de una cárcel de la región de Rostov, vecina a la de Volgogrado. Rusia ha sido blanco varios atentados reivindicados por esa organización yihadista, aunque la influencia de esta es limitada en el país. El peor atentado de los últimos veinte años en Rusia, reivindicado por el EI, se produjo a fines de marzo, cuando hombres armados atacaron la sala de conciertos Crocus City Hall, en la periferia de Moscú, matando a 145 personas e hiriendo a centenares.