El pasado 1 de marzo, una religiosa, Sor Raffaella Petrini, hizo historia al convertirse en la mujer con mayor poder dentro del Vaticano.
El papa Francisco nombró a la monja Francisca como gobernadora del Estado de la Ciudad del Vaticano, un cargo de gran relevancia en la administración civil.
Ninguna religiosa antes había detentado este cargo, pero el Papa dejó claro desde su llegada a la Santa Sede su intención de impulsar la igualdad de género y reforzar el papel de la mujer en la Iglesia católica.
La elegida es una monja italiana nacida en Roma en 1969 que pertenece a la orden de las Hermanas Franciscanas de la Eucaristía.
De 56 años de edad tiene una su sólida preparación, su capacidad de gestión, así como su sencillez y buen humor, cualidades que compartía con Jorge Mario Bergoglio.
Raffaella Petrini es licenciada en Ciencias Políticas y tiene un doctorado en la Universidad Pontificia Santo Tomás de Aquino en Economía del Bienestar y Sociología.
Desde el 2022, Petrini había sido secretaria general de la Gobernación trabajando estrechamente con el cardenal Fernando Vérgez Alzaga, quien fungía como gobernador del Estado del Vaticano.
Cuando él se retiró en el mes de marzo el Papa señaló que Petrini estaba preparada para asumir el liderazgo administrativo del estado pontificio que cuenta con cerca de 600 habitantes y más de 2 mil empleados.
Entre las funciones de la nueva “alcaldesa del Vaticano” está también la gestión diaria de la ciudad que incluye la seguridad, la sanidad y los Museos Vaticanos.