Sin duda la Secretaría de Salud ha apostado al subsecretario Hugo López Gatell todo, confía plenamente en él y ha desplazado mediáticamente, por mucho a su jefe el secretario de Salud, Jorge Carlos Alcocer, quien se mantiene en su oficina, mientras el primero, lleva varias semanas en los principales titulares de los medios de comunicación.
Si bien se trata del especialista en el tema, este hecho deja una gran evidencia de que el gobierno actual no tiene a un médico especialista que se haga cargo del manejo de la situación, pues ha dejado todo ese manejo, del tema de gobierno más importante de este sexenio y que seguramente podría ser superado, solamente por la crisis económico-financiera que ya está a punto de golpear al país con la mayor fuerza.
El gobierno de Andrés López Obrador tendría que contar en la primera fila de los reflectores, de acuerdo a las expectativas de comunicación y de políticas públicas, con un personaje de sus filas, con un enviado directo del Presidente de la República, para entonces, dejar claro que es la cuarta transformación la que sabe, la que investiga, la que tiene el control, la que mueve los hilos de la estrategia, la que da la cara y la que dicta los lineamientos en la materia.
El propio presidente López Obrador ha repetido hasta el cansancio que ese tema se los está dejando a los especialistas y así es, pero su gobierno, su gente, su equipo, sus cercanos no lo son, ni siquiera el propio secretario de Salud puede considerarse especialista.
Mala señal política de la cuarta transformación hacia el exterior, es la segunda, ya que el secretario de Hacienda y Crédito Público, Carlos Manuel Urzua tuvo que renunciar a su cargo, frente a las presiones que otros miembros del gabinete ejercieron en su contra.
En el caso de la Secretaría de Salud, el titular ha aparecido por ahí esporádicamente en algunas de las conferencias de prensa, especialmente, cuando se trata de las mañaneras con el Presidente de la República.
Hugo López Gatell es, sin duda, un médico muy aplicado, médico internista que tuvo estudios y experiencias desde 2006 en materia de investigación en epidemiología, en encuestas en torno a la morbilidad y específicamente en temas de problemas infecciosos.
Y qué bueno que el gobierno confíe en los burócratas de carrera, en los que sí saben de sus especialidades y conocen la administración pública. Si esto hubiese ocurrido en todas las dependencias federales, seguramente contaríamos hoy con un Gobierno de la República eficaz, que responde y que sabe resolver los problemas.
De ninguna manera estamos sugiriendo que no sea él quien conduzca el tema, quien de la cara y quien responda, lo que estamos evidenciando es el riesgo que corre el gobierno de la cuarta transformación de quedar, ante la sociedad mexicana, solamente como un espectador en donde el secretario, el titular del ramo, quien debiera ser el conductor de la política del gobierno en materia de Salud, quedó marginado por su ignorancia, por su incapacidad o por no querer dar la cara a los medios.
De todo esto, surgen varias interrogantes:
¿Qué va a pasar si en algún momento se equivoca el super-vocero de Salud y alguno de sus pronósticos se ve rebasado o incorrecto?
¿Quién entraría al quite para seguir conduciendo la política de combate al Covid-19?
¿Cuál es el nivel de credibilidad que tendría la institución sin el vocero al que se le ha confiado todo?
Una vez superado el problema del Covid-19 de salir airoso el gobierno con la estrategia y la vocería de López Gatell, ¿qué va a ser del Secretario de Salud designado por el presidente López Obrador?
Sin duda el problema no está ni en el propio López Gatell, porque a él le dan pelota y la juega a su modo de ver y hasta ahora lo ha hecho bien, de alguna forma es un problema que debiera preocupar al propio secretario de Salud, Jorge Alcocer, porque no es él quien está al frente, por lo menos mediáticamente.
El problema de fondo es un problema de comunicación, es claro que en toda esta estrategia de combate a la pandemia del coronavirus, no existe política ni estrategia de comunicación alguna, se limitan a dar voz al subsecretario y a generar láminas de Power Point, que se distribuyen y cuyas cifras se van actualizando día tras día.
La pandemia del Covid-19 puede ser el asunto más importante que enfrente el gobierno del presidente López Obrador, pero no es nadie de su gobierno quien lo está enfrentando, sino un burócrata de carrera en la Secretaría de Salud que supo expresarse y que conoce el tema, pero sobre todo que ha sabido robar la atención de los reflectores.
Esto de cierta manera podría ser un asunto de comodidad para ala 4T, pero el fondo político es mucho muy grave.
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