Línea Fifí
Por Martín de J. Takagui
Es innegable que en México como en todo el mundo, la pandemia del Covid-19 ocasionó afectaciones sociales, de salud y económicas a novel local, como a nivel global, pero como en todas las crisis es responsabilidad de cada país y su gobierno afrontar adecuadamente los estragos correspondientes.
En materia de salud, nuestro país ya empieza a sentir y a registrar la llamada tercera ola de contagios y muertes por esa enfermedad, en donde se ha comprobado que la vacunación no es una garantía para las personas, pues han fallecido a pesar de contar con el esquema completo de inmunización y más grave aún el saber que ahora los menores de edad también han sido afectados en mayor medida que en meses anteriores.
La existencia de nuevas cepas del Covid-19 hacen prever que los contagios son mucho más agresivos y generalizados en cuanto a la edad de quienes se contagian y sus vidas se encuentran en riesgo.
El gobierno de México decidió dejar de informar en conferencias de prensa diarias el estado que guarda la pandemia y sus consecuencias, lo que invisibiliza la gravedad de lo que podría vivir este país con sus 126 millones de habitantes.
Las medidas del semáforo de la pandemia han quedado atrás, los verdes amarillentos y los amarillos cercanos al naranja y los naranjas rojizos han llevado a la relajación de las medidas preventivas, lo cual también se traduce en mayores riesgos de contagios.
Paralelamente, se dieron a conocer los indicadores de inflación y las acciones de política monetaria, con responsabilidad del Banco de México, lo cual tampoco ofrece información positiva, pues en la primera quincena de junio, se midió la inflación que se ubicó en niveles superiores de seis por ciento a tasa anualizada, lo que significa que se ha duplicado la previsión de aumentos de precio para el año que es de tres por ciento, más menos un punto.
Los indicadores señalan que la inflación tan elevada no se registraban condiciones similares desde hace más de dos décadas, situación que hace que la Junta de Gobierno del Banco Central tome medidas, como fue el alza en un cuarto de punto porcentual en los intereses generales.
Así, lo que se puede advertir es que, si bien la inflación puede ser una consecuencia de la reactivación económica, que implica una mayor demanda de bienes y servicios, varios de los componentes del alza de precios generalizada tienen que ver con las tarifas del gobierno.
Entre los componentes más determinantes de los altos índices de inflación, se encuentra el alza en el gas doméstico y en las tarifas de energía eléctrica, energéticos que controla el gobierno y cuyos costos, ha dicho la autoridad federal, se determinan con base en los precios internacionales.
Las condiciones económicas de México, por ahora no son malas, aunque las tendencias apuntan hacia el deterioro, pues de continuar como van, las perspectivas de crecimiento que se han fijado en seis por ciento del Producto Interno Bruto, podrían no lograrse, lo cual sería muy grave, pues el punto de partida sería después de una de las peores caídas en décadas con motivo del frenón que impuso la pandemia.
Por otra parte, los cambios en las cúpulas económicas y financieras, en donde los relevos en el Banco de México y la Secretaría de Hacienda se han anticipado, podrían general algún nivel de inestabilidad y nerviosismo de los mercados nacionales, pero el fondo sería el manejo económico-financiero.
Las luces preventivas están encendidas, el manejo económico-financiero tendrá que ser muy cauteloso, el manejo de la pandemia también deberá ser acertado y a ello se suma la violencia que viven diversas regiones del país, lo cual podría frenar también actividades económicas como el turismo, pues entre los riesgos de contagio y los actos de violencia la recuperación podría ser mucho más lenta de lo que ya se ve.
El desempeño económico del país en este segundo semestre de 2021, será determinante para el despegue económico que requiere México, pues muchas de las empresas productivas no han alcanzado buenos niveles de recuperación y aún se encuentran en riesgo, lo que incrementaría el desempleo y la actividad económica.
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