Línea Fifí
Por Martín de J. Takagui
Desde el mes de mayo pasado, según las cifras de contagios y muertes que reporta cada día la Secretaría de Salud en torno a la pandemia de Covid.19, bajo la responsabilidad de Hugo López Gatell, seguimos en el pico de la pandemia, la curva sigue cuesta arriba dejando a su paso por el tiempo decenas de miles de muertos mexicanos.
Día tras día hemos seguido las conferencias de prensa nocturnas vemos que las cifras de muertos y de contagios siguen en aumento, pero a lo largo del mes de enero, es cuando se han visto las cifras más alarmantes de los 10 meses de presencia del virus en México.
Y es que a los mexicanos nada nos saca de la fiesta, nada nos guarda en nuestras casas, nada nos frena en la búsqueda de las mercancías, juguetes, regalos y madre y media que necesitamos para satisfacer nuestros impulsos consumistas.
Pero no hemos pasado lo peor, como dijo el presidente de Estados Unidos John Biden, “antes de que mejoren las cosas van a ser peores” en materia de Covid-19 y es que ya demostramos los mexicanos que no vamos a dejar de salir a la calle.
Prueba de ello es que desde hace mas de un mes en la Ciudad de México y el Estado de México, que es la zona con la mayor densidad poblacional del país nos encontramos en el semáforo rojo de la pandemia, con alto riesgo de contagio, es evidente que la gente sigue en la calle.
El Centro de la Ciudad de México, las principales avenidas se encuentran congestionadas y no hablemos de las fechas de din de año en que vimos aglomeraciones gente comiendo en la calle, en las compras casi consideradas de pánico, los centros comerciales y las plazas a reventar.
Pero eso no es lo peor, el Instituto Nacional Electora (INE) debería asumir su responsabilidad como árbitro y regulador de los procesos electorales, pues en estas condiciones sociales y de riesgo sanitario, sería lo más viable y coherente con los riesgos sanitarios que planteara e impusiera un plan de restricción de campañas electorales.
Para nadie es extraña la forma en que los políticos mexicanos realizan sus actividades de campaña en busca del voto popular. No nos extrañe que a partir del mes de marzo veamos a los candidatos al frente de mítines multitudinarios, bailes, reuniones de promoción del voto, largas filas para la entrega de despensas y demás actividades en las que será prácticamente imposible mantener la sana distancia.
Antes de eso todavía nos faltan festividades como el 14 de febrero, Día del Amor y la Amistad, fecha en que hoteles y restaurantes habrán de abarrotarse; nos falta el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, fecha en la que seguramente habrá manifestaciones; el 21 de marzo, habrá puente vacacional y ya es primavera con un sol ideal para la playa, además vendrá, entre otras fechas, el 30 de abril, Día del Niño, así como el 10 de mayo, Día de la Madre.
Total que las fiestas no se acaban ni se frenan por una pandemia, la cuarentena, mientras no sea obligatoria, mientras no sea coercitiva, mientras no haya un toque de queda, la gente seguirá en la calle, y en caso de que se decrete un toque de queda, habrá protestas y saldrán a la calle a denunciar la violación a los derechos y las libertades ciudadanas.
No descartemos que haya muchos miles de muertos más antes de que se logre la reducción de contagios, pues además las vacunas y el plan de vacunación del gobierno de México, están muy lejos, también, de consolidarse y de hacerse realidad.
Es evidente que ni en Estados Unidos, que llevan 34 millones de vacunados se han reducido las muertes ni los contagios.
De ninguna manera estamos diciendo que “mal de muchos, consuelo de tontos”, lo que estamos tratando de evidenciar es la necesidad de que cada uno de nosotros debemos cuidarnos, debemos evitar salir de casa, debemos evitar salir de compras y a la vagancia en la calle.
Todos estamos obligados a cuidarnos, en lo individual y en lo familiar, pues al hacerlo así, cuidamos a las comunidades en las que vivimos y a la sociedad en la que nos desarrollamos.
Sigamos la Línea Fifí.