Línea Fifí
Por Martín de J. Takagui
Una foto de la credencial del INE, una foto de su rostro, permítame un comprobante de domicilio, solamente hay 400 vacunas, ya se entregaron las fichas, son las respuestas que la gente, que los ancianos, que los adultos mayores reciben cuando se presentan con la ilusión de evitar la muerte por Covid-19 en los centros de vacunación.
Pero lo más grave es que a casi un mes de haberse iniciado el flamante plan de vacunación si vacunas, no se ha logrado, ni siquiera, la inmunización del uno por ciento de la población mexicana, quedan pendientes trabajadores de la salud, pero ya se inició fallidamente la vacunación de maestros en Campeche y la de adultos mayores en la Ciudad de México, Coahuila y Nuevo León.
¿Los criterios para la temporalidad, la geografía y demás que deben argumentarse? Pues no existen, al menos públicamente nadie sabe las razones por las que se decidió que en la capital del país, se haya elegido a Cuajimalpa, Milpa Alta y Magdalena Contreras.
Pero lo peor de todo no es que haya más centros de vacunación o que haya requisitos para aplicar la vacuna, sino que México ha comprado todo un coctel de vacunas, la de Astra Seneca, la de Pfizer, la Sputnik-V según las declaraciones del gobierno federal, tanto de Salud, como de Relaciones Exteriores.
Algunas de ellas son de una sola dosis, otras requieren de dos aplicaciones, pero no se sabe cuál es la mejor, si alguna de ellas es para jóvenes, otra es mejor para los adultos mayores, aquí el problema es que, por lo pronto, los 21 días de la segunda dosis se les pasó a muchos de los médicos del sector de salud.
Si el gobierno y la Secretaría de Salud, en especial contaran con un plan de comunicación claro, las confusiones no cabrían, si se dijera qué se va a hacer con cada una de ellas, la gente estaría mucho más tranquila y no habría temores por la aplicación de la inmunización.
La confusión que genera toda esta desinformación, a lo que se suman las versiones de venta de vacunas y posible falsificación de las mismas, produce una alta desconfianza entre los posibles beneficiarios de las vacunas.
Es de reconocerse que cualquier esfuerzo por garantizar la salud de los mexicanos es importante; sin embargo, el pueblo, los pobres, los ancianos, los enfermos, todos los mexicanos requerimos de certidumbre, el gobierno debe saber comunicar cómo será el proceso y qué pasará con cada una de las vacunas, hay quienes confían en una, quienes desconfían de todas, pero lo importante es que se informe.
Se trata, hasta hoy, de un tema muy manoseado, un tema que requiere de certidumbre, en donde nada debe darse por descontado ni por sabido, la propia Secretaría de Salud ha dicho que la aplicación de la segunda dosis puede hacerse indistintamente.
Las pruebas a las que se han sometido las diferentes vacunas, no pueden haberse realizado con la combinación de ellas, es inevitable pensar que esto de las vacunas puede traer consecuencias graves. Ojalá me equivoque.
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