Martín de J. Takagui
Notimex Agencia de Noticias del Estado Mexicano es un organismo desconcentrado de la Administración Pública Federal, que el gobierno de la cuarta transformación no sabe qué es ni para que le sirve a México.
Desde la llegada de Sanjuana Martínez en marzo de 2019, a la dirección general de Notimex lo único que hizo bien fue haber acabado con una dirigencia sindical anquilosada y corrupta que en la última década le hizo mucho daño a la propia agencia.
La soberbia y la prepotencia, el uso de perros de caza, como los ahora directores de Internacionales y editorial, como la ignorancia de todos llevó a la administración de la agencia a una situación de confrontación con los trabajadores a quienes despidió sin que hubiera una razón o ni siquiera un escrito de por medio, simplemente hasta con policías vimos cómo uno a uno 241 personas perdieron su trabajo y su sustento de un día para otro.
Lo grave no son las formas ni quiénes se fueron, sino quiénes llegaron y cómo la restructuración de los sistemas de trabajo, la relación laboral de acoso y persecución llevaron a deteriorar la calidad, la oportunidad y la profundidad de la información que se manejaba y hasta los clientes.
Hace diez años, Notimex contaba con más de 450 abonados, o clientes, medios de comunicación, regionales, nacionales e internacionales que compraban los servicios informativos de la agencia, porque desde hace 51 años que se creó para la transmisión de los juegos olímpicos de 1968 y que se repitió la historia con el mundial de futbol de 1970, se consolidó como la ventana por la que el mundo veía a México, con una posición seria, oficial, objetiva y oportuna.
Las cosas se mantuvieron así durante décadas con sus altibajos naturales, pero siempre con una visión institucional, con una línea editorial objetiva, como una agencia productora de información sin tintes partidistas, sin golpeteos, sin ataques y sin un uso político ni propagandístico de intereses personales.
Esa línea se ganó el respeto de los medios de comunicación a nivel global, pues con esa misma mística trabajaban los corresponsales en todas las entidades del país, como en más de 20 países del mundo, lo que la convirtió en la segunda agencia de noticias más importantes del orbe, después de la española EFE.
Con la llegada de Sanjuana Martínez a Notimex, se perdió, en principio de cuentas, la oportunidad a la que una agencia de noticias está obligada para ofrecer información en tiempo real; se perdió la calidad de las entregas informativas que fue descuidada porque quienes están al frente de las áreas, en el mejor de los casos era una periodista crítica de danza.
Así, la baja calidad editorial y los abusos en materia de acoso laboral, amenazas de ser despedidos, la lucha inútil frente a un sindicato renovado con caras nuevas, profesionales y demócratas, encabezado por Adriana Urrea, una periodista joven pero con experiencia, inteligente pero no corrupta ni abusiva, llevó a Sanjuana Martínez a crear un sindicato blanco, para arrebatar las negociaciones en la revisión contractual de este año, pero sin éxito.
La huelga en Notimex estalló, sustentada en dos emplazamientos: por revisión del Contrato Colectivo de Trabajo y el segundo por violaciones al propio Colectivo de Trabajo.
Desde un principio, con el hígado en la mano, la dirección general de Notimex señaló que ella no negociaría con delincuentes y que no habría forma de que se reconociera la huelga.
El primer susto y advertencia para la señora originaria de Monterrey, Nuevo León fue el resultado del recuento para determinar si la huelga era existente o no, ella llevó a sus acarreados miembros del sindicato blanco y los presionó con la amenaza de no pagarles su quincena si votaban a favor del la huelga, pero solamente logró robarse 60 votos, en cambio el sindicato, encabezado por Urrea logró 81 sufragios a favor de la huelga.
Con esa decisión, la administración de Notimex se ve obligada a negociar, a resolver la huelga, a atender las exigencias de apego a la ley de parte de los trabajadores, se espera que esta misma semana se inicie el proceso de negociación para que Notimex vuelva al camino de la información, aunque el de la calidad podría verse un poco más lejano.
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