Por Teófilo Benítez Granados, Rector del Centro de Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Criminológicas (CESCIJUC)
Aunque ya pasó la tendencia inicial de adquirir la nueva tecnología sin un análisis previo de los procesos, productos y gestión, con la carencia de una ruta clara de actuación a través de la gestión, ahora debe replantearse el uso tecnológico para maximizar el potencial de las TI.
Un punto crucial es asumir que no se trata sólo de tecnología. Es también la suma de experiencia, gestión del cambio, cartera de productos y desarrollo de capacidades. Es transformación y punta de lanza para crear cosas nuevas e increíbles, que incluso permanezcan cuando nos hayamos ido. Es un legado, no una moda.
Por otra parte, debe observarse que la promesa de la tecnología parte de la estrategia y llega hasta la escala. Se trata de una visión ambiciosa, que rebasa la percepción inicial de que se trata de un instrumento capaz de liberar del 80 al 90 por ciento del trabajo rutinario.
No sólo “suple” el trabajo más predecible y “aburrido”. Es capaz de llegar hasta donde la imaginación lo permita.
Simplemente, logra operar la IA a escala. Esto implica la implementación de cientos o miles de aplicaciones habilitadas para IA en sus unidades de negocio.
Pero, a pesar de la impresionante tecnología, no podemos empezar por ahí. Nunca se trata solo de tecnología. Debemos integrar los requisitos comerciales y no técnicos, garantizar la captura de valor, mejorar las habilidades y determinar la gestión del cambio necesaria para que se adopte tal tecnología.
Estos factores fundamentales deben abordarse en cada construcción tecnológica. Y sorpresivamente, a medida que se hace así, la propia tecnología ayuda a generar los aspectos no técnicos.
Ahora, es conveniente que por cada plataforma que se ofrezca, se implementen de manera simultánea un portal de autoservicio para capacitar y actualizar conocimientos. Esto permitirá a los usuarios encontrar componentes reutilizables y patrones de aplicación completos.
La plataforma, asimismo, refuerza la mejora de procesos. Esto al realizarse mediante la mejor automatización de su clase para implementar aplicaciones. De manera simultánea, garantiza mejoras continuas, controles de riesgo calibrados y comprobaciones de seguridad automatizadas.
Con estas funciones gestionadas por la plataforma, los desarrolladores se liberan del 80 al 90 por ciento del trabajo rutinario. Básicamente, adquieren “brazos biónicos”, lo que les permite pasar rápidamente a tareas más creativas y desarrollar el siguiente conjunto de modelos.
El mejor uso de la tecnología implica comprender cómo desglosan los problemas, los puntos de decisión y las regulaciones relevantes.
Es conveniente enseñar los modelos mediante el desarrollo de indicaciones, la identificación y el refinamiento de conjuntos de datos y la presentación de imágenes. Rara vez es 100 por ciento correcto y es necesario que haya un humano en el circuito que verifique la precisión de los datos. Aquí es donde entra en juego la tecnología Never just only: la tecnología por sí sola nunca se puede construir “con un propósito” a menos que los usuarios finales y los expertos adecuados participen en la construcción y den forma a la solución.