Línea Fifí
Martín Takagui
A 28 meses de haber iniciado la administración de Andrés López Obrador ya han desaparecido fideicomisos, se han recortado presupuestos a supuestas acciones que no tenían sentido, se han cambiado leyes, algunas de ellas tratando de pasar por encima de la constitución, como la Ley de la Industria Eléctrica.
En este año electoral, se ha buscado desprestigiar al Instituto Nacional Electoral, después de haberse consolidado como un adalid de la democracia mexicana, atacando a su consejero presidente y otros que han trabajado por la transparencia democrática.
También hay embates del gobierno federal contra el Poder Judicial de la Federación, contra la Suprema Corte de Justicia, contra el Consejo de la Judicatura y contra los jueces con nombre y apellido, a quienes se les acusa de corruptos y pagados por el conservadurismo.
Pero no menos importantes son los problemas que deben resolverse de inmediato, porque se trata de emergencias que tienen una importancia literal de vida o de muerte, como es el problema de los incendios forestales, mismos que, al menos el jueves había 45 que se encontraban consumiendo de manera simultánea, por todo el territorio nacional miles y miles de hectáreas de bisques y de selvas.
Y es literalmente un asunto de vida o de muerte, porque en la sierra de Arteaga, en Coahuila, en los límites con Nuevo León, han tenido que desalojar a decenas de familias cuyos hogares se convirtieron en cenizas, porque la Comisión Nacional Forestal, no cuenta con los recursos para combatir los incendios forestales, ya que el gobierno desapareció los recursos de fideicomisos para atender las emergencias y los desastres naturales.
Miles y miles de hectáreas de áreas naturales se siguen destruyendo desde hace ya varias semanas y no existe la esperanza de que se puedan controlar los incendios a menos que haya un milagro de Dios, ese milagro sería que lloviera. Los incendios están fuera del control humano, solamente Dios puede apagarlos con un aguacero, porque no hay recursos para operar los sistemas de emergencia.
Otro de los casos de vida o muerte es la condición en la que se encuentran más de 20 millones de mexicanos, que son los habitantes de la megalópolis, los estados del centro del país, en esta temporada de estiaje.
Las presas del Sistema Cutzamala, que es el sistema de presas que abastecen a la Zona Metropolitana del Valle de México y del Estado de México, se encuentran en niveles históricos de sequía, menos del 50 por ciento de sus capacidades, cuando aún se considera que estamos en el inicio del estiaje, lo que hace prever un negro panorama para los siguientes meses.
En los próximos 15 días de vacaciones con motivo de la Semana Santa, habrá cortes al suministro de agua potable en todo el centro del país, hasta hoy, no se han observado acciones emergentes de abasto de agua potable, lo que puede generar una serie de conflictos sociales.
Por si esto fuera poco, a un año y una semana de que se registró el primer fallecimiento por coronavirus en México, el país rebasa los 200 mil muertos por la pandemia, el número de decesos sigue creciendo sin freno, somos el tercer países con mayor número de fallecimientos.
Se trata de problemas que no se ve cómo puedan resolverse, pero que sí se pueden agravar en la medida en que pasan las siguientes nueve semanas, y hablamos de nueve semanas, porque son las que faltan para las elecciones federales intermedias, las más grandes de la historia, en las que están en juego 22 mil puestos de elección popular.
La cuarta transformación le apuesta a la figura del caudillo y héroe electoral del sexenio, el presidente López Obrador, pero habrá que ver si esto le va a alcanzar para alcanzar su objetivo de mantener la mayoría en la Cámara federal de Diputados, porque de no ser así, el proyecto de consolidación de la cuarta transformación se verá truncado.
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