Una cosa es Keynesiano y otra cosa es ser key-necio. Con la descripción de su Plan Nacional de Desarrollo, el presidente Andrés López Obrador abrió un nuevo frente que podría convertirse en uno de los dolores de cabeza más importantes del primer año de su gobierno.
El miércoles 1 de mayo, una vez que remitió el Ejecutivo Federal su Plan Nacional de Desarrollo a la Cámara de Diputados para ser aprobado, a través de un video el presidente aseguró que, por primera vez en 36 años “un Plan Nacional de Desarrollo (PND)que no se ajusta a los organismos financieros internacionales y a los ideales de gobiernos extranjeros.
Pero el martes 30 de abril había reconocido sentirse “contento y satisfecho por la aprobación de la reforma laboral en el Senado”, y aseveró que con ello se cumple el compromiso que se hizo con el gobierno de Estados Unidos, para que apruebe el T-MEC.
¿Podría pensarse que el presidente de la República no sabe o no imagina que es Estados Unidos el que dicta, a través de la orientación de su economía las políticas de esos organismos financieros internacionales? Que no son otros que el Fondo Monetario Internacional y la OCDE.
Estas declaraciones, pronunciadas con menos de 24 horas de diferencia, no son otra cosa que mensajes, señales o posiciones encontradas, los mercados financieros internacionales simplemente buscan certeza para sus inversionistas y así no se tiene claridad sobre cuál es el rumbo de la economía mexicana.
Grave para el futuro muy próximo de la economía nacional. La OCDE ya redujo por segunda ocasión en un mes el pronóstico de crecimiento de México. Desatender las recomendaciones de esos organismos, es desacatar los compromisos del país con la Comunidad Internacional, porque México ha firmado acuerdos y convenios.
El último que mandó “al diablo” a los organismos internacionales fue el presidente venezolano Nicolás Maduro. ¡Cuidado!
EL SIGILO DE LA INVESTIGACIÓN
La Procuradora General de Justicia de la capital, Ernestina Godoy no tiene quien la cuide. Por primera vez, desde que asumió el cargo el 5 de diciembre pasado, la titular de la PGJDF salió a informar, ante las dudas que los medios de comunicación difundían el lunes pasado, en torno a la forma en que perdió la vida Aidé, una estudiante de sexto semestre del CCH Oriente.
En diversos medios radiofónicos y televisivos, la propia abogada de la ciudad concedió entrevistas que dejaban ver que desde el interior del propio salón de clases, ubicado en el edificio P del plante, se habría realizado el disparo.
Luego de hacer las pruebas de radizonato de sodio, para determinar si alguien de los presentes en el salón había disparado, todos resultaron negativos y el mundo se le vino encima, pues la información que había adelantado no era consistente con las primeras pruebas.
Las declaraciones de los testigos tampoco hablaron de que se escuchara dentro del salón un disparo, pero desde un principio, eso ya se sabía y todos coincidieron en que solamente se escuchó como si destaparan una botella de sidra, nada que tenga que ver con una detonación de arma.
La necropsia definió que se trató de un disparo de arma de fuego calibre 380, pero al no existir una explicación de cómo llegó la bala hasta el costado de la estudiante, solamente se encontró la hipótesis de que el disparo se hizo a una distancia cercana a 200 metros, que fue una bala perdida, misma que entró por la puerta, que estaba abierta.
Qué oso en el inicio de la indagatoria. A la procuradora no le han orientado en materia de entrevistas con medios, no tiene experiencia en torno al sigilo de las investigaciones. Un gran maestro de la administración pública asegura que “no puedes llegar a un cargo de gobierno a aprender los detalles básicos del encargo”.
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