Línea Fifí
Por Martín de J. Takagui
A lo largo de la historia política del mundo, han surgido diversas formas de pensamiento, de gobierno y de la convivencia política, conocida como ideologías, mismas que nutrieron por muchos años a los diversos partidos políticos que, a su vez fueron considerados como la única o más popular forma de acceder al poder de manera democrática en cualquier país.
El sistema de partidos y la competencia entre ellos nutrió por muchos años la competencia electoral, con una alternancia entre las diversas ofertas políticas en el gobierno, que en principio se definió como una democracia.
A partir de los años ochenta y noventa, en el mundo las ideologías comenzaron a hacerse a un lado, las teorías de Marx, de Lenin, así como de los más afamados politólogos, se convirtieron en fórmulas complejas difíciles de convertir en modelos y programas de gobierno.
Para entonces, cuando cayó el muro de Berlín, se dio por concluida la guerra fría y comenzaron a diluirse las definiciones de pensamiento de derecha, de izquierda, conservadores, progresistas, liberales y surgieron los neoliberales, como los pragmáticos y los que nunca pudieron definirse o quienes se dicen de izquierda y actúan como si fueran derechistas, pero que en realidad esos pensamientos no son congruentes en todos los ámbitos del gobierno.
Hoy quién, de los que no son politólogos o analistas podría definir que es la izquierda ola derecha, pero eso sí los partidos políticos se siguen identificando con determinadas formas de pensamiento, pero que en realidad lo único que buscan son la preservación de sus intereses de grupo y la conservación del poder a toda costa.
Tran grave es esa falta de identidad ideológica que hoy, después de los comicios del pasado mes de junio, hemos identificado personajes e incluso, por lo menos un candidato a gobernador que decidieron actuar de acuerdo con su propia sensibilidad política y no por las ideologías formales.
Son entonces ahora las causas la lucha social, los objetivos colectivos de la gente, quienes han dejado de afiliarse a los partidos políticos para engrosar las filas de la sociedad civil organizada y los colectivos, quienes se dedican a un objetivo y reúnen a sus seguidores bajo la bandera de una causa muy bien definida.
En esta misma semana, el llamado Grupo Plural de senadores integrado por cinco legisladores, encabezados por Germán Martínez, (ex panista y ex morenista), Gustavo E. Madero, ex panista, así como Emilio Álvarez Icaza, quien nunca ha estado afiliado a ningún partido, pero llegó al Senado, como otras dos senadoras que dejaron de pertenecer a la bancada de Morena.
El propio Germán Martínez, después de haber sido dirigente nacional del PAN y senador por Morena, asegura que ninguno de los actuales partidos políticos lo representa, pues la ambigüedad de las ideologías hace pensar solamente en las causas definidas como “primero los pobres”.
Durante la campaña electoral pasada, el entonces candidato a la gubernatura de Nayarit por Morena, hoy gobernador constitucional, Miguel Ángel Navarro Quintero, basó su campaña en la ausencia de la ideología, dijo y repitió en muchas ocasiones que “esta no es una campaña de ideologías, sino de causas”.
Navarro Quintero fue funcionario público a nivel estatal y nacional con el PRI, secretario de Salud en gobiernos estatales del PRI, Diputado federal por el PRD, ahora senador por Morena y gobernador por Morena, pero en su paso por todas esas opciones políticas, no encontró una forma de pensamiento político que lo representara.
Las causas, entonces, la propuesta tangible, la interpretación de los anhelos de la sociedad, son lo que hoy mueven los votos y las conciencias políticas de los ciudadanos, las ideologías nadie las entiende, pero un gobierno pragmático, que de resultados y que atienda a la gente, sin duda será el que obtenga las mejores calificaciones.
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