Por Martín de J. Takagui
Cuando se presenta un problema, cualquiera que sea la naturaleza de éste, en un país, es natural que todo gobierno busque ofrecer tranquilidad a los ciudadanos, a fin de evitar psicosis, normalmente lo hace tratando de aparentar que tiene el caso controlado y que, si bien hay una crisis, la administración y solución están en manos de los especialistas.
Sin embargo, en el caso de la pandemia que vive el mundo por el Covid-19 y de la que México no puede abstraerse, la población ya no confía en las cifras que ofrece cada noche, desde hace 89 días la Secretaría de Salud, a través del subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López Gatell quien ha pasado por todos los niveles del estrellato ante los reflectores.
Desde hace más de mes y medio, los exsecretarios de Salud de México se reunieron para analizar las tendencias de la epidemia, quienes concluyeron que no había lógica, entre lo que se informaba oficialmente y lo que estaba sucediendo en el país.
Tanto el presidente Andrés López Obrador, como el propio López Gatell descalificaron las aseveraciones y conclusiones de los exsecretarios, señalando que ellos fueron los responsables de dejar el sistema de salud mexicano en las pésimas condiciones en las que la actual administración lo encontró.
Muchos fueron los cuestionamientos a los informes diarios del Covid-19, el propio funcionario ha acudido a responder entrevistas de los principales comunicadores y líderes de opinión en México, ante quienes explicó públicamente el comportamiento de la pandemia, pero no le ha servido de nada en este punto, que no deja de ser el “pico de la pandemia”, cuya curva ha pretendido “aplanar” el gobierno.
Así, el presidente López Obrador, quien confía ciegamente en las declaraciones y recomendaciones del subsecretario de salud, se atrevió a decir que “ya domamos a la pandemia”, pues los pronósticos de los epidemiólogos, de los científicos en cuyas manos se han puesto las decisiones en torno a la pandemia señalaban que antes de la primera quincena de mayo habría de comenzar a estabilizarse y luego a bajar el número de contagios.
En principio, López Gatell aseguró que el “pico de la pandemia” se presentaría entre el ocho y el 10 de mayo, después dijo que dicho clímax de contagios sería entre el 6 y el 8 de mayo, pero llevamos 20 días en incremento tras incremento y en nuevos récords del número de muertes y de contagios cada 24 horas.
Cada conferencia de prensa en la materia ha sido cada día más difícil de entender, se incorporan nuevas gráficas, nuevos datos y muchas más excusas, llegando a decir que “gracias a la estrategia que ha seguido México se logró reducir en tres cuartas partes el nivel de contagios que pudieron haber afectado a los mexicanos”.
A lo largo de esta pandemia, desde el 28 de febrero, en que se detectó el primer caso en nuestro país y cuando murió la primera persona por este mal, reconocida por la autoridad sanitaria el 18 de marzo, las estrategias de comunicación y las formas de medición se han transformado.
Se habló de un sistema “Centinela” que desde un principio se reconoció que no habría de funcionar en la etapa tres de la Jornada de Sana Distancia, se habló de las pruebas, que nunca se quisieron hacer en forma masiva, se habló de las confirmaciones postmortem de los pacientes y hasta hoy, solamente hay incertidumbre y confusión en las cifras oficiales.
La semana pasada, cuando se presentó el plan de retorno, el gobierno federal decidió lavarse las manos, dejando en una decisión soberana de los gobernadores la forma en que se volvería a la nueva normalidad, argumentando que se trataba de “epidemias regionales” y ellos determinarían la forma en que volverían a reactivar la economía.
El presidente López Obrador justificó la reanudación de sus giras de trabajo por todo el país, iniciando por el sureste mexicano, para poner en marcha la construcción del Tren Maya, señalando que en todas las regiones “también es México y si me puedo cuidar aquí, también me puedo cuidar en cualquier parte del país para no contagiarme”.
Este miércoles, López Gatell compareció de manera virtual ante la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, en donde reconoció en “hay cifras ocultas de muertes por Covid-19”, que el número de fallecidos por esa enfermedad “es inconmensurable” o sea que es imposible calcular.
La única realidad que deja ver todo este proceso, es que el gobierno de la cuarta transformación no ha actuado ni ha informado lo suficiente y con suficiente verdad para frenar la pandemia y para dar tranquilidad a los mexicanos.
Con todo ello, nunca se sabrá a ciencia cierta cuántos contagios habrá, cuántos muertos dejó la pandemia y tampoco se podrá hacer un pronóstico de cuándo el país y los mexicanos saldremos de la emergencia que lleva 20 días en el pico y sigue incrementando contagios y muertes cada día.